Los estilos de vida pueden variar mucho de una persona a otra, especialmente en lo que respecta a la limpieza y el orden. Muchas veces es beneficioso hablar de estos rasgos antes de mudarse con un compañero de piso: si usted se describe como un «maniático de la limpieza», puede que le resulte más fácil si su compañero de piso también es más organizado. Esto no quiere decir que los compañeros de piso limpios y desordenados no puedan convivir con éxito.
Tal vez tu compañero de piso sea simplemente desordenado, un coleccionista sentimental o un poco rata de paquete. Si este es el caso, hay muchas maneras de resolver sus diferencias y encontrar una forma de vivir juntos en paz. Pero, ¿cuándo el desorden de tu compañero de piso es potencialmente un signo de acaparamiento?
Desorden y desorganización
Si notas más desorden de lo habitual o si parece que tu compañero de piso se esfuerza por seguir el ritmo de las tareas domésticas normales, podría ser una señal de que hay algo más en su vida que le está causando estrés o que le absorbe toda su atención.
El estrés y otros problemas más importantes que ocurren fuera de la casa a menudo pueden alterar los patrones normales, con la limpieza y la organización cayendo al final de la lista de prioridades.
Si los objetos personales se amontonan en las mesas y mostradores, se acumulan más de un día de platos sucios en el fregadero o notas algunas cargas extra de ropa sin lavar de tu compañero de piso, probablemente no tengas nada de qué preocuparte.
El desorden (y tal vez un ligero olor) puede ser una molestia, pero intenta comprobar con tu compañero de piso si ha cambiado algo recientemente que pueda estar provocando que descuide sus tareas domésticas.
Si se disculpa o está dispuesto a cooperar con tus peticiones, no hay problema.
Cuando se convierte en acaparamiento
Hay algunas señales de alarma que son motivo de preocupación, sobre todo si observas varios signos o condiciones extremas.
Olores abrumadores o moho o plagas visibles.
Las habitaciones o zonas comunes se vuelven difíciles de recorrer
Objetos innecesarios que se acumulan rápidamente en las zonas exteriores o en el garaje
Se niega el acceso a determinadas habitaciones o zonas
Vehículo lleno de pertenencias personales y otros artículos
No quiere cooperar con las peticiones de limpieza o da constantes justificaciones por el desorden
Notar cualquiera de estas señales no significa necesariamente que su compañero de piso esté luchando contra el acaparamiento, pero suelen ser buenos indicios de que el problema va en esa dirección.
Cómo manejar el acaparamiento
Si sospecha que su compañero de piso tiene tendencias de acaparamiento, es importante no hacer juicios rápidos.
Una persona desorganizada, desordenada o que tiene problemas para deshacerse de sus pertenencias personales puede estar abrumada o estresada por algo que ocurre en su vida, pero los individuos que luchan contra el acaparamiento pueden estar lidiando con un problema de salud mental mayor, encontrando difícil hacer cambios o establecer límites sin ayuda.
Un poco de empatía y paciencia pueden ayudar mucho a conseguir la cooperación de un compañero de piso desordenado.
Intenta averiguar la raíz del problema y ver si puedes ofrecer a tu compañero de piso algún tipo de apoyo. Hazle saber que el desorden empieza a afectarte. Intenta acordar un horario de limpieza y establece otras expectativas que ambos podáis aceptar.
Encuentra un punto de partida que se centre en los elementos inmediatos relacionados con tu salud y seguridad, incluyendo cuestiones como la eliminación de moho. Céntrate en las zonas comunes, ya que se trata de un espacio compartido por los dos. Sugiere que se empiece por las tareas menos intimidatorias, como retirar y vaciar toda la basura u organizar las entradas y los pasillos.
Si tu compañero de piso tiene serios problemas de acumulación, no tengas miedo de pedir ayuda externa. Su casero es un buen punto de partida. Es posible que tenga sugerencias o incluso que pueda indicarle las cláusulas de limpieza incluidas en el contrato de alquiler.
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